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10 de octubre de 2013

ENTREVISTA: Alejandro González, poder con técnica

Alejandro González (Foto: J.A.R.).
Alejandro González es de Arucas (Gran Canaria). Una semana antes de nuestra charla ha cumplido 23 años. Lleva poco en Aranjuez como responsable del área Aranbox del centro Wellness Club, en el C.C. El Deleite y su aspecto no da indicios de que esconde a todo un campeón de Euopa de halterofilia.

Texto y Fotos: José Angel Rodríguez.

Nos reunimos en las instalaciones del gimnasio. Alejandro está acabando de impartir su clase a la que acude gente llegada desde la otra punta de la región. Su fama le precede. No todos los días uno entrena con un campeón europeo y varias veces laureado nacionalmente. Un minuto después de las presentaciones le pido que se coloque el atrezzo de rigor para mis entrevistas. Se queda pálido. Masculla un “he ganado un oro europeo para esto” al mismo tiempo que se lo coloca. Posa simpático y la conversación fluye como las olas en la playa de Bañaderos-El Puertillo, allá en su tierra…

P. La halterofilia no es un deporte muy común en nuestro país. ¿Cómo te iniciaste en él?
R.  Allí en mi pueblo, aunque es chiquitito, hay un club. Un entrenador vino al instituto el día en que hacíamos educación física para captar talentos. Yo por entonces no era muy buen estudiante, la verdad (sonríe) y ahora gracias al deporte estudio mucho más (risas). Me hicieron pruebas y me tomaron los datos. Pero yo quería saber qué era eso de la halterofilia. Mi profesor ni me contestó a la pregunta. “Un deporte aneróbico”, me dijo. No entendí ni la definición de aneróbico así que imagínate (más risas). Me dirigí al club y comencé a entrenar.

P. ¿Anteriormente practicabas algún otro deporte?
R.  Hacía fútbol, natación, balonmano… pero en ninguno llegué a destacar porque realmente no me llamaban mucho la atención.

Alejandro en lugar
donde imparte sus clases.
P. Y en el club, ¿te indican las pesas y dicen: “hay que levantarlas”?
R. La verdad es que el entrenador me dijo: “esto se hace así y así”. Y como vi que no podía se me metió en la cabeza que eso tenía que hacerlo.

P. Así que en vez de abandonar, le pones más empeño…
R. Vi que otras personas lo hacían y pensé “¿por qué voy a ser menos? Tengo que poder”. A partir de ahí me caí muchas veces de culo (risas). Al año siguiente un entrenador que está en un Centro de Tecnificación en Tenerife me llevó con él a entrenar más profesionalmente. Al principio entrenaba como en mi pueblo, pero con más dedicación y con más atención a los estudios porque la beca venía por ambos lados. En tres o cuatro años pasé al Centro de Alto Rendimiento.

P. Allí es otra cosa…
R. Sí. Iba a entrenar dos veces al día y estudiaba por las noches. Poco a poco iba destacando. Comencé en 2005 y en 2008 gané primer el Campeonato de España en categoría sub20 en 85 kilos, una superior a la que estoy ahora. Al no tener nivel suficiente para competir en 77 kilos mi entrenador me aconsejó subir de peso y gané con una marca no muy allá pero sí importante para mí, con 17 años.

P. Ese fue el primero de tus cinco títulos nacionales.
R. He ganado en 85 y en 77 kilos, según el año. A veces estaba mejor para una categoría y subía o bajaba de peso, aunque no me es fácil. Un Campeonato de España, si puedo, lo hago con 85 y bajo para las competiciones internacionales porque ahí hay mucho nivel.
En 2009 quedé segundo junior y por vez primera gané una plata en categoría absoluta. A partir de ahí en todos los campeonatos estaba entre los tres primeros.

En el Europeo de Estonia.
P. ¿Cuándo debutas internacionalmente?
R. En el último año junior, a los 20 años. Fue en el Europeo de Chipre, en el que quedé sexto con una marca alta en España pero aún baja internacionalmente. Peleé con los medallistas pero me quedé fuera al fallar un movimiento. En halterofilia, en un kilo hay dos posiciones: el que lo hace y el que pesa menos. En tres o cuatro kilos puedes bajar hasta el último de la tabla.

P. En este deporte ¿hasta dónde influyen las capacidades físicas y las mentales?
R. Siempre digo que de dos personas con la misma fuerza siempre levantará más el que mejor técnica tiene. En el momento en que tus cualidades físicas se limitan tu cabeza es la que levanta más. Y es fundamental mantener siempre una misma técnica en todas las competiciones, en todos los pesos y en todas las situaciones. Puedes ser una persona muy fuerte pero si técnicamente no estás pulido se te cae la barra, aunque tengas fuerza para hacer 10 kilos más. Si la barra no cae en su sitio no la puedes levantar. Es una combinación. No hay levantadores campeones sin fuerza y sin técnica.

P. Hablamos de técnica. ¿Cómo es la Escuela Española?
R. Somos muy buenos en técnica aunque no tenemos un nivel general muy alto. Muchos países son excelentes internacionalmente porque su nivel nacional medio es altísimo. En España hay 600 licencias y en otras partes se llega a las 6.000. Aunque hay excepciones. En Estados Unidos hay mucha cantidad pero no hay calidad en la base, todo lo contrario que en Rusia, por ejemplo. España bebe de la Escuela Cubana que a su vez nace de la Escuela Rusa. No es mala cosa.

P. Llegamos a, como quien dice, anteayer: El Europeo de Estonia (20-29 de septiembre) del que regresas con tres metales: dos oros y un bronce.
R. Sí, sí (dice modesto). Yo había intentado el año pasado estar en la lucha por las medallas pero por un fallo técnico y un arbitraje…(lo piensa)… no muy allá se me escaparon. El objetivo estaba claro: último año sub23 y tengo que quedar campeón de Europa.
Comencé bien el año siendo 7º en el Europeo absoluto con atletas olímpicos, campeones mundiales o el récordman mundial sub17, gente muy joven y muy fuerte de Armenia, Rusia, Rumanía… Gané el Campeonato de España, fui cuarto en los Juegos del Mediterráneo y sabía que si seguía así llegaría arriba.
La competición se inició en arrancada. Yo suelo salir a 140 kilos pero en ésta fui a 145. Los levanté, me puse tercero, y en las dos últimas, a 150 kg, fallé y me quedé con el bronce. La máxima ventaja que me sacaron fue de 3 kilos (148).
Convencidos de que podíamos conseguirlo en el dos tiempos -que es mi especialidad-, salimos a por todas. Salimos a 180 kg, un peso que he movido en los últimos campeonatos. Lo levanté y en el segundo fuimos a 185 kilos. No pude por un fallo técnico mínimo en el yerk, que es el movimiento desde el pecho hasta por encima de los hombros. A los dos minutos salí de nuevo a por el tercer y definitivo intento sabiendo que tenía por delante a un levantador georgiano que podría bajarme del podio porque con 180 hubiera sido cuarto. Me costó muchísimo sobre todo de la cabeza. Me puse primero y después el siguiente falló dos veces a 187 kg, así que quedé campeón en dos tiempos y en el total olímpico con 330 kilos, dos kilos por encima de la plata. Mejor no podía haber salido.

P. Ahora queda el reto del absoluto…
R. Estoy clasificado para el Mundial, el próximo 21 de octubre, en Polonia. Ahí estoy mucho peor que en el Europeo porque en este ránking apenas tengo puntos. Vamos tres chicas y tres chicos de España. Es un campeonato muy duro. Voy a 77 kilos y el objetivo es estar entre los diez primeros.

En el podio continental.
P. La halterofilia, como otros deportes olímpicos, ¿tiene ciclos clasificatorios?
R. Sí, aunque ahora estamos en un ciclo pre-olímpico y lo que cuentan son los puntos individuales, no tanto por equipos. Realmente sólo clasifican para los Juegos los dos últimos mundiales (2014 y 15) y el último Europeo, en 2016. Aún así lo nuestro es un constante trabajo, no puedes parar, porque tienes todas las competiciones autonómicas y nacionales previas.

P. Con todo esa carga, ¿cuánto entrenas a la semana?
R. Entreno seis días en semana en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, en la Residencia Blume. Son unas 30 horas. A veces tocan sesiones dobles, otras partimos los entrenamientos, unas veces es más por la mañana, otras por la tarde…

P. Y a todo esto, ¿cómo llega a Aranjuez un campeón continental canario?
R. (Risas), bueno todo sabemos que esta época que nos toca vivir es una época de recortes: sanidad, educación… a todos los niveles. Y el deporte no es menos. Mi fisioterapeuta es Roberto Galán (profesional ribereño en diversas federaciones, exfutbolista del Real Aranjuez, ahora en el CD Colmenar) y me comentó que en Aranjuez querían comenzar con el crossfit, una modalidad de entrenamientos cortos pero muy intensos. Yo llevo trabajando en esta disciplina un año y mi novia, Iria Ruipérez, es subcampeona de España. Así que llevamos la sección AranBox del centro Wellness Club que dirige Marcos Salcedo. ¿Y por qué comenzamos esto? Porque tarde o temprano el deporte acaba y, aunque los estudios los llevo adelante compaginando los entrenamientos, se que trabajo no voy a tener porque no lo tienen por desgracia seis millones de personas en España. Así que es una salida profesional para ahora y para el futuro. Es una oportunidad y un riesgo pero…

Con su tesón, seguro que lo levanta al primer intento.

PD: Al final, se me olvidó preguntarle si le gustan las espinacas. En la próxima.


Con Roberto Galán y Marcos Salcedo.

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