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29 de mayo de 2014

ENTREVISTA: Raúl Márquez, campeón del Mundo de kickboxing

El dulce sabor del éxito

Raúl Márquez, campeón del mundo de kickboxing

Texto y Fotos: José Angel Rodríguez

Raúl Márquez se presentó en el Mundial de Grecia gracias a la ayuda económica de varias empresas locales y de sus compañeros del Club Karate Aranjuez. No les defraudó y regresó con el oro. Aunque huye de la inevitable etiqueta de ser uno de los herederos del decacampeón del mundo de kickboxing José Antonio López, “Josete”, de momento ya disfruta de sus dorados laureles del Olimpo.

Raúl Márquez tiene más efigie de torero antiguo que de ser uno de los púgiles del Club Karate Aranjuez que al cobijo de las enseñanzas del maestro Antonio Díaz y de “Josete” ha ido creciendo hasta llegar a ser campeón del Mundo de semi-contact hace unos días en Santorini (Grecia). Este futuro ingeniero de Sistemas Audiovisuales rompe su semblante aparentemente serio a las primeras de cambio en cuanto se prepara para la foto…

P. 21 años y campeón del mundo. ¿Te lo imaginabas no hace mucho?
R. La verdad es que ha sido un sueño que tenía desde chiquitito. Ver cómo se ha ido cumpliendo poco a poco siendo primero campeón de Madrid y luego de España era ya un logro. Ir al Mundial y conseguirlo ha sido lo máximo.

P. Además lo tuyo ha sido llegar y besar el santo. Debut internacional y medalla de oro.
R. Exacto. Ha sido una experiencia increíble. Fui con la expectativa de ver hasta dónde podía llegar, sin saber el nivel que me iba a encontrar allí y la verdad es que impresiona. Pero una vez que tienes el toro delante (sonrisas) no te queda otra…

P. Lo tuyo es, de nuevo, el triunfo de la cantera del Club Karate Aranjuez…
R. Empecé con karate cuando tenía 5 ó 6 añitos con el maestro Antonio. Después decidí pelear pero mis padres lo vieron como algo prematuro. Cuando cumplí los 18 di el paso, así que llevó unos cinco años de kickboxing y tres de competición.

P. Como no se cansa de repetir “Josete”, el karate le ha servido de muy buena base para esta otra disciplina…
R. Es cierto. Las técnicas básicas son prácticamente las mismas y sólo hay que adaptar un par de cosas.

P. Muy mal no te ha debido ir la fórmula porque ya sumas un buen palmarés.
R. Soy siete veces campeón de Madrid. Lo fui de light en 2011 y he hecho doblete de semi y de light-contact desde 2012. También doble campeón de España este año con subcampeonatos los tres años anteriores.

P. De las dos modalidades que practicas, ¿cuál prefieres, el semi o el light-contact?
R. Semi me gusta más. Lo veo como un juego, no es de tanto contacto. También te llevas golpes (risas) pero es más emoción, rapidez, exhibición técnica. Light es más combativo dentro del contacto controlado. El semi tiene mucho de estrategia. Me gusta más esa parte de jugar con el aspecto de cabeza más que con el físico.

P. Descarto pues tu paso futuro a full-contact…
R. Realmente el light-contact que se practica en España no tiene nada que ver con el que se practica fuera. Aquí es un light como debería ser: potencia controlada. Pero a nivel internacional ese límite está más diluido y los árbitros incluso son más permisivos con los golpes. En semi España es una potencia pero fuera son unos fenómenos en low, full, koshiki… Otro mundo son los checos, los ucranios, los de Azerbaijan… gente que sólo se dedica a esto

P. Llegas al Mundial por tus propios medios, gracias al apoyo de varias empresas locales y de tus compañeros de gimnasio…
R. La selección española ha sido de ocho competidores y dos técnicos, de los que sólo dos han viajado con todo pagado. Es el problema de todos los deportes minoritarios. En Aranjuez que se lo pregunten por ejemplo a los piragüistas.
La verdad es que debo el Mundial y parte de la medalla al gimnasio y a los comercios que me han apoyado. Entre viaje, hostal, inscripción, pasaporte deportivo, material… los gastos son de unos 1.500 euros y sin ellos no hubiera podido ir. Ha sido una lección de humanidad que me ha sorprendido mucho. Ten en cuenta que me presentaba como un novato que tiene esa oportunidad y que iba a probar. Por eso la gente no ha sido de diez sino de quince (sonríe).

P. Te plantas en el Mundial un tanto a ciegas…
R. La primera sensación que tuve fue la de tener muchas ganas. De salir a comerte lo que fuera (sonríe). Había entrenado mucho y tenía ganas de ponerme los guantes. Los nervios los iba soltando en el calentamiento. Son momentos en los que piensas en el combate y que salga como has entrenado en el gimnasio. A ciegas del todo no iba porque hablaba con Antonio y “Josete” con el móvil y me iban aconsejando sobre la marcha, hasta en detalles como los estiramientos o en cómo controlar los nervios. Tener a un predecesor que sepa tanto y que esté tan metido en esto ha sido una gran ventaja. El camino que él tuvo que ir descubriendo nosotros lo tenemos hecho.

P. Tu debut te deja un regusto amargo.
R. Sí. En el primer combate de light me tocó un ucranio que después fue campeón. De la potente escuela de aquel país, “Josete” ya peleó con él el año pasado y me había avisado de cómo trabajaba. El combate salí a hacerlo como había entrenado y con mi forma propia de pelear y a mi parecer lo hice bien. Los jueces le dieron ganador a él y ya está. Me quedé con la espina.

P. A la primera de cambio fuera del Mundial. ¿Te sobreviene entonces la presión de tener que jugártelo todo en semi?
R. Al día siguiente tenía las eliminatorias de semi y fue momento de cambiar totalmente el chip, de decir: `mi Mundial comienza otra vez de cero´. La derrota en light tampoco había sido humillante. Fue algo más subjetivo, así que en semi fui a por todas.

P. Y allí estás tú listo para no volver de vacío…
R. Tuve la suerte de quedar exento en una ronda y en semifinales me tocó un jordano, un hombre muy difícil de pelear sobre todo al principio. Pelean muy raro (risas). En semi hay unas forma de pelear más o menos seguidas por todo el mundo, que si de lado, que si la guardia de tal manera… Pero éste seguía su propio estilo y hasta que le pillas el truco (más risas)…

Raúl en la entrada del
Club Karate Aranjuez.
P. Entra aquí lo que comentabas antes del juego, de la estrategia…
R. Exacto. En segundos. En los dos primeros que ves cómo forma la guardia o cómo se coloca ya decides el tipo de combate a realizar. Es como un problema que tienes que resolver en dos minutos de pelea. Si lo solucionas pronto tendrás más tiempo para divertirte y si no, estarás sufriendo hasta el final.

P. La final, española, no se pudo celebrar por lesión de tu contrincante. Una pena, ¿no?
R. Me hubiera encantado disputar la final. Así se queda en una experiencia al que le falta el remate. Es un compañero de selección con el que ya había peleado antes en otras categorías. Siempre me ha gustado pelear con él porque es muy bueno y yo este año estoy muy bien, así que quería medirme con él.

P. Heredas entonces el título en modalidad y peso (-65 kilos) de “Josete”. Menudo fardo…
R. (Risas). Tuvimos la broma de que era su relevo. Lo piensas y te dices: ‘joer, se dice pronto… pero esto es muchísimo’. Yo tengo uno, ahora hay que llegar a diez (más risas).

P. El maestro me ha soplado que te sientes más cómodo en este peso.
R. La verdad es que sí. Hay que llevar el peso de la competición en el pesaje de por la mañana y en el anterior iba un poco justo. Los días antes tenía que hacer dietas, no pasarme en refrescos, con ciertas comidas… y ahora como de todo. ¡Genial! (sonrisa).

P. Mira, una de las cosas que te ha cambiado. ¿Qué más cambiará con el título colgado del pecho?
R. A mi no me cambia nada más, que sigo viniendo a mis clases con mis compañeros… (risas). Ahora sí me tendrán puesto más el ojo los entrenadores y competidores rivales. Ya me conocían por los anteriores Campeonatos de España pero ahora dirán: ‘mira, ese el chaval que ha hecho un buen papel en el Mundial’.

P. Pero, ¿se te abrirán las puertas hacia una beca, una subvención… al ser un título oficial?
R. No lo se aún. Estoy viendo a ver cómo encajaría en algún tipo de ayuda de la Universidad Carlos III.

El campeón con el maestro Antonio Díaz y "Josete".
P. ¿Cómo compaginas tus dos actividades, la académica y la deportiva?
R. Estoy acabando, en 3º y 4º de los cuatro años de carrera, y entreno por la mañana o por la tarde, según las clases o las prácticas. El equipo de competición entrena los jueves y aquí llego con la mochila. Es un poco de sobrecarga pero en cuanto coges el ritmo te acostumbras. Y de vez en cuando, si hace falta, echo una mano con los chavales. Además este año estaba muy motivado, lo que ayuda mucho. Llegué del Mundial el lunes por la noche, lo celebré en el aeropuerto, una coca-cola y a estudiar, que el viernes había examen. En un futuro lógicamente me gustaría dedicarme a lo que estudio pero no quiero desvincularme nunca del gimnasio, aunque llegará un día en que tenga que decidir el tiempo que dedicar a cada cosa. He tenido malas rachas con los estudios y aunque me haya costado más poder venir aquí siempre que lo he hecho ha sido de diez. Estar aquí me sirve no sólo para mi vida personal, como gran escuela de valores, sino hasta en la profesional, en ver cómo enfrentarte a ciertas situaciones.

P. Esos niños del gimnasio tienen ahora otro campeón del mundo que se cruza con ellos en el pasillo. ¿Qué te dicen?
R. Me dan la enhorabuena y es una sensación muy reconfortante. Es una motivación extra. Con el recibimiento en el aeropuerto se me encogió el corazón porque ver allí a mi familia y a mi club, mi otra familia, fue muy emocionante. Fue un momento extraño porque cuando salía “Josete” era yo el que gritaba y el otro día cuando me hacía las fotos con él le decía: ‘soy yo el de la medalla y no tú, qué raro’. La mitad de esa medalla es para toda esa gente que ha colaborado conmigo y la otra para el maestro Antonio y “Josete” por el gran trabajo que han hecho.

PD: En una pared del cuarto de Raúl desde siempre cuelga la medalla más importante. Tras unos años de espera a la de Madrid le sustituyó en su día la de España. A ésta apenas le ha dado tiempo a disfrutar de su hegemonía. La del Mundial ocupa ahora su lugar. El año que viene quizá tenga compañeras a su vera.

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25 de abril de 2014

ENTREVISTA: Carlos Muñoz, fútbol americano 'Made in Spain'


“Este deporte es más que un casco, un melón y dar hostias”

El mullido césped de El Deleite nos sirve de punto de encuentro con Carlos Muñoz, 32 años, ribereño residente en Zurich (Suiza). No es muy alto. No es muy corpulento. A priori no es ni muy alto ni muy corpulento y sus ojos claros tras las gafas y la barba le dan un toque de empollón. En sus manos porta un casco azul, una coraza y una camiseta con un gran número 22 que delatan de lo que vamos a charlar en esta espléndida mañana.

Texto y Fotos: José Angel Rodríguez

P. Perdona que te lo suelte así, a espetaperro, pero… ¿cómo le da a uno de Aranjuez por practicar un deporte como este?
R. (Risas). El fútbol americano me viene simplemente de verlo en casa de mi abuela cuando lo ponían en Canal+. Decía: yo quiero ser uno de esos (más risas). Por aquel entonces, en Madrid, las únicas posibilidades de jugar eran en Coslada o en Rivas. Así que acabé dedicándome al fútbol-sala. Con él seguí incluso en la Universidad de Alcalá, donde estudié. Entonces jugaba de portero en la selección de la Universidad, en el Parla y el FS Aranjuez, ambos de Nacional A.

P. ¿Y no mataste el gusanillo con el rugby?
R. Noooo. Para jugar al rugby se necesita ser un portento físico. Lo que nosotros nos ponemos de armadura ya lo llevan ellos puesto dentro (risas). Se nos compara pero son deportes muy diferentes. ¿Es lo mismo pádel que tenis? El fútbol americano es más explosivo, más estratégico, por eso desde fuera parece que estemos siempre parados.

P. Entras en contacto con el verdadero fútbol americano en Alemania…
R. Estuve allí en mi último año de Erasmus y seguí jugando al fútbol-sala. Dio la casualidad que un equipo bastante famoso allí, los Red Knights, se mudaron a Tubinga (al sur de Stuttgart) donde realicé el doctorado en un área relacionada con la farmacia y la medicina. Era un equipo que había jugado en 2ª División, cuando el pleno auge de este deporte en Alemania (este país es el actual campeón de Europa) y se encontraba, por compararlo en el fútbol, en 3ª. Hicieron un anuncio y probé.

P. Así que allí que se planta el estudiante español con su bagaje de escuchar a Ponseti por la tele.
R. Tal cual. La gente se imagina que este deporte es un casco, un melón y tira p´lante dándote hostias pero no es así. Cuando llegué me hicieron varias pruebas: haz esto, ahora esto y te van ubicando. Si eres un tío grande, hermoso, ya sabes que vas a la trinchera (risas). Si eres chiquitito, a correr y que no te pillen o a pillar al que corre (más risas). Me tocó coger el balón y correr, de receptor, como venía de ser portero… Eso sí, el primer año lo pasé en el banco porque en el primer partido de pretemporada me partí la tibia, me desplacé el peroné y me rompí los ligamentos del tobillo. Así que con mis muletas, las placas y los tornillos estuve toda la temporada aprendiendo del juego en la banda.

P. Ufff…
R. Después entré en el equipo pero en la línea de defensa. Ahora quería yo dar (risas). Pero el equipo entonces estaba ya bastante formado y no tenía ninguna posibilidad de jugar con continuidad.

P. ¿Tu experiencia en el fútbol-sala no te sirvió, no se, para ser pateador?
R. Eso vino al final. Estuve en Alemania jugando cuatro años (el resto del Erasmus y el doctorado) y en el último el chutador se lesionó. Y dijeron, a ver, el español, pega al balón. Chuté. Hazlo otra vez. Y otra vez. Y otra. Parece que lo hice bien porque me dijeron: hale, eres el titular. Pasé de suplente en mi posición de cornerback (defensa lateral) a primer pateador.

P. Y recaes en Zurich…
R. Mi jefe actual conocía a mi jefe de Alemania y le llamó en busca de alguien para el puesto en la Universidad. Eché el currículo, hice la entrevista y me cogieron para 18 meses. Me queda aún hasta mayo del año que viene. Vi que había dos equipos cercanos, en Zurich y en Winterthur. Me informé y me dijeron que mejor Zurich, en la 1ª División. Comencé a leer más estrategia, a ir más al gimnasio, cuidar más la dieta… Profesionalizarme más, aun sabiendo que tenía pocas posibilidades, para dar guerra (risas).

P. Pasas de ser un caballero (Knight) a ser un rebelde (Renegade)…
R. Sí, sí. Fui yendo a las pruebas y en noviembre de 2013 ya me dieron el visto bueno. Fue un salto de calidad. Ahora son tres días de entrenamiento, dos o tres de gimnasio, clases teóricas con videos de jugadas, actividades promocionales… Soy primer suplente con una misión más de marcar al hombre mientras que el titular cubre más zona de pase. Hay un compañero sudamericano que me llama “El Fajador” porque según él me va la marcha (risas).

P. Ese salto cualitativo ¿en qué lo has notado?
R. En todo. Equipos como los Calanda Broncos (el Chelsea de Suiza) traen jugadores americanos o alemanes con una exigencia física muy alta. Fíjate, hay dos de ellos que los he tenido yo en mis Ligas Marca de las universidades de EE.UU. y en nuestro equipo hay uno al que seguía hace años por Youtube (risas).
Si llegamos a los play-offs, el año que viene jugaríamos en Europa, pero es difícil. El club está en proceso de renovación porque el año pasado se retiró por edad el 60% de la plantilla. Han subido a los juveniles, que es la mejor cantera del país: cuatro títulos y una final en los últimos seis años.

P. ¿Cuándo se desarrolla la Liga?
R. Son seis equipos en 1ª División, se juega cuatro meses y los play-offs. Comenzamos el 6 de abril -llevamos dos partidos, que hemos perdido- y acabamos el 22 de junio.

P. Pregunta de neófito: ¿Cuántas combinaciones de jugadas conocéis (sin volveros locos)?
R. (Sin mover un músculo de la cara): Infinitas (carcajada). En mi posición hay seis o siete básicas y luego están sus variantes dependiendo del rival, por lo que hablamos de unas treinta jugadas diferentes. Si este se pone aquí tú vas más a la izquierda, si este está aquí tú te retrasas. En vez de correr y dar tres pasos a la izquierda vas a seguir recto y torcer 45 grados al décimo. Se decide sobre la marcha: Azul 7. Azul, esta jugada base. 8, esta variante. Es estrategia pura. Ajedrez. La diferencia táctica con el fútbol es tal que mi entrenador me dijo que si a un grupo americano que no ha jugado nunca al fútbol le pones a entrenar podrá ganar a España pero nunca se daría el caso al revés. Y eso que en defensa es más fácil, por aquello de destruir frente a crear, aunque he llegado a imprimir libros de jugadas de Liga Universitaria de doscientas y pico páginas sólo de defensiva. Aún así mi posición se resume en que si el receptor contrario va al baño tú le sigues (risas).

P. Dejamos el Edén y regresamos al páramo, a España…
R. Jodío. Parece que vuelve a levantarse después de los años de los desaparecidos Dragons de Barcelona con las Ligas Catalana, Madrileña (ya no al nivel de los Osos o las Panteras) o Andaluza. Está la 1ª División o Elite y una 2ª. Además la Federación Española ha dado un gran paso al pasar de Asociación a ser Federación en apenas un año.

P. En tu caso, no has jugado nunca en España pero sí entras en los planes de la selección…
R. En mi último año en Alemania, cuando pasé a chutador titular, me puse en contacto con gente de España para que me diera referencias de mis posibilidades. Hablé con un exjugador de los Dragons y le envíe unos videos de mis patadas. Me adelantó que en esa posición era de lo mejor de España y les remitió las imágenes y mis estadísticas a los seleccionadores. Me contestaron que viniera a España para preparar el Europeo de Milán. Sin embargo coincidieron en que tenía que escribir la tesis y que la selección, con el presupuesto recortado, decidió al final no llevar a ningún especialista en ese puesto. Me dieron la opción de sumarme por mi cuenta a la expedición pero la tesis, el dinero de los viajes y los días de concentración en una ciudad diferente cada vez hicieron que aquello se quedara en mi presencia en una concentración en Las Rozas y en la próxima de Calatayud de cara a una Semana Grande de Fútbol americano en Granada para el mes de junio.

P. Así que todo está por llegar, hasta tu debut internacional…
R. Y me hace ilusión. En Las Rozas conocí personalmente a la gente a la que conoces sólo por el nombre de seguir la Liga. Fíjate, pasó lo que al revés de la vida… Con el casco y la máscara puesta les reconocía y decía, hostia, éste es este, ese es ese (carcajadas). Y en Calatayud pasará lo mismo, seguro. Bueno, pasará hasta conmigo (más risas).

PD: Uno, que se quedó en los años de los fabulosos 49ers de San Francisco de Joe Montana y Jerry Rice y que llegó a tiempo de los Cowboys de Dallas de Troy Aikman y Emmitt Smith, está ya un poco descolgado, así que le pregunto a Carlos como cierre cuál es su equipo favorito de la NFL. Me dice que los Giants de Nueva York, pero que le motivan todos los que basen su poderío en la defensa: los Steelers de Pittsburg y de los Chicago Bears. No es mala escuela, no.



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22 de noviembre de 2013

ENTREVISTA: Dani Fernández, el Capitán Ancora

Dani Fernández, el Capitán Ancora.
Debajo de la máscara, el superhéroe es un tipo corriente, normal, un hombre de la calle. Alguien que no da importancia a lo que hace. A Dani Fernández le sucede lo mismo. Su modestia cotidiana no trasluce que de sus 34 años lleva 20 consecutivos como futbolista de la AD Ancora Aranjuez. Su pudor diario no pregona que así, por encima, ha disputado unos 600 partidos con la misma camiseta, récord difícil de igualar. Y sin embargo, para todos, es desde hace muchos años “el Capi”. El Capitán Ancora.

Texto y Fotos: José Angel Rodríguez.

La lluvia nos trastoca un poco los planes para hacer las fotos, así que nuestra charla se hace bajo cubierto. Dani Fernández (1979) llega puntual y algo nervioso a la cita. Cosas de su timidez. Empero, apenas se despoja de su abrigo ya está dispuesto a enfrentarse con lo que venga. Lo mismo ocurre en cuanto se enfunda la zamarra blanca del Ancora. Se transforma. Eso sí, su sensatez le hace volar a ras de tierra.

El tango de Gardel dice que 20 años no es nada…
En mi caso más de media vida. Entré en el Ancora en la temporada 93/94 y sigo desde entonces. La verdad es que he estado tan a gusto… Es mi segunda familia (sonríe).

¿Cómo llegas a formar parte de ella?
Yo estaba en el equipo del colegio San Isidro y en 8º se hacía la selección infantil de Aranjuez que jugaba el Campeonato Provincial para clasificarse a los encuentros de la Sierra, allí en Navacerrada. Me cogieron. Ese año quedamos segundos con el presi, Enrique Moreno “Lalo” padre, como entrenador. Nos comentó que quien quisiera podría jugar en el Ancora y prácticamente todo el grupo pasamos allí, para jugar como cadetes de primer año. Y antes estuve en la Escuela de Fútbol con los hermanos Sánchez Martín, Toni y Paco, Julio Espada, “Lalo”… considerada también cantera del Ancora Aranjuez.

Aquellos primeros compañeros, imagino, se fueron quedando atrás con los años… ¿o queda alguno aún con las botas puestas?
Ahí están Dani Hernando [hoy en el Real Aranjuez], que sigue siendo un figura (risas) o David Pollo, que hasta hace poco ha seguido dando guerra. De los que más han durado están también Edu Martínez y Gonzalo. Pero es muy complicado. Los estudios, el trabajo, las lesiones… un poco todo te hacen ir dejándolo.

A los 34 años, ¿qué te sigue motivando para continuar en la brecha?
A mi me gusta jugar al fútbol. Además he tenido mucha suerte con las lesiones. Te puedo decir que hasta los 30 sólo tuve un esguince. Después sí he tenido un par de ellas de tipo muscular y otra más grave pero nada que me haya impedido seguir. Lo que pasa es que este año es un poco especial porque por temas de trabajo no puedo entrenar todo lo que yo quisiera. Acordé con Gabi Guerrero, el entrenador del Regional, que para no perder la forma jugara en la Liga Local con Solana/Estadio pero que en cuanto hiciera falta estaba disponible. De hecho este año he jugado un partido entero y he estado convocado en otro.
Dani con su colección de camisetas
 y brazaletes del Ancora.

Si tuvieras que sumar los partidos disputados en el club tendrías una marca difícilmente igualable hasta en las divisiones profesionales.
Uff… He jugado mucho durante muchos años. Podemos echar la cuenta. 20 años con más de 30 partidos por año y fallar, he fallado poco por las lesiones. Expulsado tampoco he sido mucho –bueno, alguna vez en tiempos de juventud (risas)- así que si multiplicamos unos 30 por esos 20 años dan 600, que no está nada mal.

Yo creo que en Aranjuez nadie ha alcanzado esa cifra en ningún club.
Es complicado aguantar tantos años, de seguir cuando alcanzas cierta edad con otros compromisos…

Pero estarás conmigo –le interrumpo- en que ya no hay muchos canteranos con trayectorias largas en los clubes, ni en Primera…
Todo depende de lo que busques en el fútbol. Yo siempre he buscado disfrutar, divertirme. En el Ancora me he encontrado siempre tan a gusto que me he dicho: `¿para qué cambiar?´ Pero, vamos, que no veo esto como algo extraordinario.

No has llegado a debutar en el primer equipo del Real Aranjuez. ¿Tienes esa espinita clavada?
Mira, cuando era más joven sí que me hubiera gustado jugar en el Aranjuez. Pero a día de hoy tampoco tengo esa cosa de no haberlo hecho. Recuerdo que en la época de la Fundación, en 2000, éramos filiales y subieron varios al primer equipo. Entonces sí que te quedaba la espinita de no ir tú, pero con el tiempo no lo he echado en falta.

De todos tus técnicos, ¿cuál o cuáles te han marcado más en todos estos años?
Son tantos… Empecé con “Lalo” padre y con él estuve tres años. Quizá con él no tuvimos la disciplina táctica necesaria pero aquel grupo aprendió a disfrutar jugando al fútbol. El grupo tenía buena base y con él era siempre balón. Con Quique hijo estuve otro par de años y en Aficionados ya estuve con Fournier, Honorio Cavero, Paco Madrid… El punto de vista más profesional quizá lo tuvimos con Honorio. Con Quique ni se los años que me he tirado con él en Regional y en Preferente.

Y de los compañeros, ¿de cuáles guardas especial recuerdo?
De todos ellos no me importaría volver a jugar con todos los de mi quinta, los del 79. Todavía solemos quedar para estas fechas para jugar una pachanguita o tomar algo. También disfruté mucho el año en el que jugamos contra el Aranjuez en la misma categoría. El grupo era muy bueno. Fíjate, muchas veces me pregunto qué hubiera pasado si ese año hubiera sido el Ancora el que ascendiera. ¿Cómo habría cambiado la historia del fútbol local? El Ancora ha tenido años muy buenos con el equipo en Preferente, una categoría que parece que no se ha valorado hasta que el Aranjuez ha estado en ella. Y hace 15 años era una Preferente muy dura. En el primer año de Aficionados he llegado a jugar con el Alcorcón y mira dónde está ahora. Era una categoría importante y más para un filial con chavales de 20 años. Los mayores eran Miguel Almonacid, Edu Barriguete y Adolfo Corrales, dos años mayores que yo, que tenía 18. En esas dos épocas fue en las que más disfruté. También acompañaron los resultados, lo que ayuda bastante.

La Quinta del 79.
Tendrás un libro no escrito de anécdotas en todos estos años. ¿Con cuál te quedas?
Me acuerdo que cuando tiraron Almansa nos fuimos a Loyola, a los campos de arriba. Tardaron mucho tiempo en acondicionarlos y no teníamos agua caliente, los campos no estaban muy bien arreglados y creo que no había ni luz artificial. Y en esas, en un entrenamiento, nos dice “Lalo”: `vámonos para la Mariblanca´. Y allí que nos fuimos a protestar y hacer unos rondos, unas carreras de farola a farola (risas)… O el año del ascenso a Preferente, que fue muy peculiar. Fue un año muy malo con la Fundación, con aquel reportaje tuyo del Blues del Autobús y aquello, ¿recuerdas, no? Bueno, pues a raíz de aquella situación empalmamos ocho victorias seguidas y logramos ascender ganando al Moratalaz con dos goles de Riki.

En un fútbol en tantas cosas pre-artificial, ¿recuerdas algún campo especialmente duro de jugar?
Uff… el peor campo quizá sea en Santa María del Pilar, el del colegio. Eso era… Y en San Viator. Dos campos tan chiquitos que el área llegaba casi a la línea de banda, de tierra muy mala. No he vuelto a ir pero creo que en Santa Mª del Pilar ya es de césped artificial. Hablando de césped artificial. Estando en juveniles fuimos a jugar a un campo, por Brunete o por ahí, que tenía los primeros céspedes de aquellos. Lo veías y decías, ¡hostia! Y después veías que era una especie de moqueta que te quemaba al menor roce.

La verdad es que han cambiado muchas cosas de aquel fútbol…
Sí, es verdad. Hasta los pantalones, que enseñábamos mucha cacha (risas). Los campos de tierra, que acababas lleno de barro y con toda la ropa hecha una pena, que cuando llegabas a casa tu madre tenía que lavar dos veces. Ahora en vez de barro llevas caucho, que también aparece por todas partes, que no acaba nunca de salir (más risas). Muchas veces pienso: `jo, vengo de jugar en Almansa, que ya nos sabíamos dónde se formaban los charcos, de dar patadas a los Mikasa que como se mojaran no había quien los levantara, de llevar todos las botas negras… y mira ahora´.

Se ha perdido cierto ambiente familiar-futbolero…
Cuando jugábamos en Almansa, con el Polideportivo al lado con un montón de afición al fútbol-sala, el campo no es que estuviera siempre lleno pero sí había mucha gente. Ahora son cuatro padres y tres amigos. Además el local social hacía mucha piña de jugadores, familias, entrenadores… con la familia Zanón cuidándonos a todos (risas). Se echa en falta porque ahora todo es más frío.

¿Cómo percibes que te ven los pequeños del club?
Pues notas que te respetan… incluso los compañeros de tu propio equipo (risas).

En un derbi con el Real Aranjuez
con Roberto Galán.
Les puedes contar que jugaste en la Ciudad Deportiva, cuando en Madrid sólo existía una, la del Real…
Fuimos a jugar un amistoso porque la verdad es que en ese aspecto mi grupo no tuvo suerte. Siempre ascendíamos pero nunca llegábamos a disfrutar de la categoría más alta porque pasábamos de año. Nos invitaron a jugar allí, en el campo de abajo, de césped, que para nosotros era jugar en el Bernabéu. Les dimos guerra. Eramos juveniles de primer año y jugamos contra los cadetes de segundo. Perdimos 2-1.

Dani, ¿hasta cuándo tienes cuerda?
Este año estoy a tope, ya veremos el que viene. Poco a poco. Ya, de temporada a temporada.

¿Te ves después en un banquillo, llevando chavales o de ayudante?
Ahora mismo no me veo. Es cierto que cuando deje de jugar a lo mejor tendría esa inquietud para no dejarlo del todo. Pero en un futuro, no se, me podría animar con los pequeñajos.


PD: Habrá que recuperar un día de estos la entrega del Ancora de Plata. Yo propongo a un candidato. Al de arriba.



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31 de octubre de 2013

ENTREVISTA: El adiós de "Josete", el Señor de las Medallas

Aunque la vida deportiva de José Antonio López, “Josete”, se ha desarrollado en el cuadrado de un tatami o un ring, es el círculo el que define su espléndida trayectoria. Circunferencias que se cierran, ruedos que se cruzan, redondeles que engloban otros círculos. Este ribereño de 28 años dice adiós a la competición de kickboxing tras 10 títulos mundiales, 5 continentales, 13 nacionales y 17 autonómicos en las modalidades de semi y light-contact. Es la despedida del Señor de las Medallas.

Texto y Fotos: José Angel Rodríguez.

Nos reunimos para la charla en el Club Karate Aranjuez, su club de toda la vida, donde entrena y es preparado bajo la tutela del maestro Antonio Díaz. Es un instante especial para los tres, por tantas cosas reflejadas en los últimos diez años de noticias, reportajes y entrevistas con Josete de protagonista.

P. La palabra retirada suena excesiva en un hombre joven como tú…
R. Retirada, sí, pero optimista. Me retiro de toda competición de kickboxing pero estoy contento y feliz.

P. Hace muchos años, cuando comenzabas en esto, me contabas en una entrevista que el día que te fueras lo harías en plena cresta. Eres un hombre de palabra.
R. Siempre he tenido las cosas muy claras. No me ha retirado nadie. Cuando quedé por vez primera campeón del mundo mis compañeros de selección firmaron una bandera española, algo tradicional en el equipo. Uno de ellos me puso: hay que ganar diez mundiales. Era una meta a conseguir. Una vez conseguida me preguntaba: `¿puedo más?´ sí, pero creo que es el momento justo de dejarlo, sin perder un combate en ningún campeonato desde mayo de 2009, invicto desde que compito en el Autonómico, sin desánimo, sin lesiones, sin presiones… ni siquiera por edad (risas).

P. ¿Cuáles han sido los motivos más íntimos para tomar esta resolución y cuándo lo decides?
R. Son diez años y creo que es un ciclo que se acaba. Empecé en esto con la meta de ser campeón de España, soñando con ser campeón del mundo. Pero lo veía tan difícil, tan lejano… La primera vez que estuve en un Mundial lo vi tan lejos que tuve un bache pensando que ya había alcanzado mi techo. Pero el trabajo y la cabeza tiraron de mí hasta hoy.
Decido dejarlo tras muchos días sin dormir después de colgarme la medalla del décimo mundial. Entonces pienso en lo que me apetece ahora. Y cierro, además, porque tengo que dar paso a otras personas con gran proyección.

P. No harás como algunos toreros, que vuelven más veces de las que se fueron…
R. Hay muchos compañeros a los que les ha entrado la morriña con el tiempo y han vuelto. Te puedo decir con toda seguridad que he colgado los guantes. Entrenaré, daré mis clases pero no competiré.

P. ¿Te has quedado sin motivaciones deportivas?
R. No, no… Es cierto que a los campeonatos de este año he ido a “pasearme”. Antonio me decía que si estaba dormido en las peleas. Sinceramente creo que no me hacía falta más para ganar. Mi motivación ahora es coger a las promesas del club y lanzarlas hasta donde he llegado. Esa es mi misión y motivación ahora. Quiero ser el Guardiola del Club Karate Aranjuez (risas). Tengo conocimientos y experiencia, se me valora y puedo ser un acicate para los jóvenes. Así que borrón, cuenta nueva y a por otras expectativas y proyectos con la misma ilusión.
Josete con el maestro Antonio
Díaz el día de la charla. Foto: J.A.R.

P. Antes de hablar de ellos, ¿qué reacciones ha tenido tu decisión?
R. El primero en saberlo fue Antonio, que se llevó un disgusto mayúsculo. Lo ha pasado mal pero siempre le transmitido mi optimismo. La familia se lo ha tomado bien pero con pena y mi novia… me apoya (risas). Mi sensación personal es como cuando estás en un funeral de alguien que ha vivido plenamente: triste porque se acaba y feliz por lo que ha vivido. Como cuando rompes una relación preciosa y los días posteriores notas un vacío, feliz, pero vacío, pues eso.

P. Sin embargo -le interrumpo- a nivel federativo habrá sido una bomba…
R. Las palabras del presidente de la Española, Pedro Horcajo, fueron: `eres una persona irremplazable, tanto en lo personal como en lo deportivo´. Creo que es un orgullo que digan eso de ti y me emociona. Le he comentado que seguiré trabajando en la Federación como técnico, árbitro, asesor… lo que quiera y está encantado. Y he recibido felicitaciones a nivel nacional e internacional.

P. ¿Hubiera ocurrido lo mismo de no haberte rodado tan bien las cosas?
R. Algo que podía haber pasado perfectamente, lo sabes mejor que nadie. Haberme quedado ahí y no haber conseguido nada. Pedro es más que un presidente, es un amigo, la persona que tomó la decisión que permitió que cumpliera mi sueño de ser campeón del mundo. Si él no da el visto bueno para que en 2006 yo entrara en la selección nada de esto hubiera pasado. Y fíjate, cuando pasé del karate a kickboxing en 2003 Antonio no me dejaba pelear, competía en formas. ¿Y por qué? Pues porque yo daba clases en el Club y una lesión mía era un desbarajuste en el gimnasio. Pero cuando fui al Campeonato de España y vi a mis compañeros pelear me dije: `yo voy a hacerlo´ y seguí todos los pasos: Madrid, España, Europa y Mundial. Y no todo ha sido un camino de rosas. Perdí la final del Mundial 2007 por falta de recursos técnicos y me dijeron que habría que disfrutarlo porque a lo mejor no se volvía a repetir. 2008 fue un fracaso, aun ganando el Europeo, al ser séptimo. En 2009 fue aún peor con la lesión jugándome todo en un Mundial al que fui sin ganar el Nacional. Sin embargo fue ganarlo y consagrarme.

P. De todos estos años, ¿con qué buenos momentos te quedas y de qué cosas te desharías?
R. El cénit de mi carrera está en Ucrania, en el Mundial de Kiev 2011. Fue el año del infierno, cuando la famosa encerrona de una selección fortísima en su cancha. Sin la madurez de otros años no hubiera salido vivo de allí (risas). Traje dos oros con un gran rendimiento. Y además ocurrió un 20 de mayo, una fecha muy importante para mí. Era el cumpleaños de mi abuela, fallecida de repente, alguien que me apoyó siempre. Y porque ese día de 2003 alguien, cuando yo no era nadie, me dijo que no iba a llegar a nada en la vida. Hoy se arrepentirá de aquello.
Lo peor fue el Mundial de 2008 por la presión que yo mismo me cree. Era subcampeón mundial y ganado en España pero mi cabeza entró en barrena y no se por qué. Comencé a pensar en que un rival ruso me iba a ganar y cuando llegué allí antes de pelear perdí. Fue la única vez que salí a pelear con dudas. De aquello aprendí muchísimo. Volví muy tocado mentalmente. Meses después fui a Rusia a pelear en el Europeo y mi cabeza dio un vuelco. Lloraba de las ganas de desquitarme. Hicimos una final muy bonita, con la gente aplaudiéndome al final y gritando ¡España, España! ¿Recuerdas aquella entrevista tuya, no?

Posando para una entrevista camino del Mundial 2008.
Foto: J.A.R.
P. Ya lo creo… ¡cómo pasa el tiempo, Josete! Ahora se abre ante ti una nueva etapa…
R. Ahora llevo el equipo de competición de kickboxing del Club Karate Aranjuez y regreso al karate, donde todo comenzó cuando tenía 5 años. He empezado a pelear por disfrutar, por pasármelo bien, por tener sensaciones… Pero claro, ahora tengo mucha más experiencia desde que la última vez que pelee, hace 14 años. Así que hasta doy sorpresas. El otro día gané al campeón de Madrid en el Autonómico de Castilla-La Mancha pero, ojo, sin expectativas de llegar a nada, sólo a disfrutar y a aprender.

P. Bueno, pero si se ponen a tiro las medallas…
R. (Risas) Hombre, el otro día en Castilla- La Mancha quedé campeón autonómico cuando no se lo esperaba nadie. Bueno, ni yo tampoco (más risas) y tengo una preselección el día 2. Con suerte y trabajo podría ir al Campeonato de España así que ya te contaré. Estoy ahora como cuando un futbolista de la Liga se va a Qatar (carcajada).

P. Respecto a tu nueva labor de técnico, ¿tenemos ya relevos sobre el ring?
R. Rubén Rodríguez y Raúl Márquez son la punta de lanza de la cantera del club. Son los dos principales relevos. En parte he aguantado más en esto por ellos, esperando a que tuvieran más madurez, recursos técnicos y más confianza en sus posibilidades. Aunque hay mucha gente por detrás son ellos los que tienen que tirar del carro. Yo estaré en la esquina para aconsejarles y para que cuando me digan `no puedo´ les diga: `tienes que hacerlo porque si no te va a pasar como me pasó a mí en el año tal´. Raúl además ha subido a mi peso, -65 kilos, y ya le he dicho que me los tiene que cuidar muy bien (risas).

P. ¿Imaginas ya a Rubén y Raúl volviendo cargados de oro de un Mundial contigo en el rincón?
R. Sería una sensación muy bonita. Sería otro círculo que se cerrara. Me apetece muchísimo. Y ojalá algún día la gente diga `fue un buen deportista y ha sabido sacar deportistas´. Sería una alegría enorme eso y que me superaran. Me tengo que ganar el que la gente me llame maestro, ese es mi nuevo reto.

P. Acabamos. ¿Te marchas con alguna espina clavada?
R. Sí, pero no es deportiva, es de reconocimiento.


PD: Gracias, maestro, por estos años.

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10 de octubre de 2013

ENTREVISTA: Alejandro González, poder con técnica

Alejandro González (Foto: J.A.R.).
Alejandro González es de Arucas (Gran Canaria). Una semana antes de nuestra charla ha cumplido 23 años. Lleva poco en Aranjuez como responsable del área Aranbox del centro Wellness Club, en el C.C. El Deleite y su aspecto no da indicios de que esconde a todo un campeón de Euopa de halterofilia.

Texto y Fotos: José Angel Rodríguez.

Nos reunimos en las instalaciones del gimnasio. Alejandro está acabando de impartir su clase a la que acude gente llegada desde la otra punta de la región. Su fama le precede. No todos los días uno entrena con un campeón europeo y varias veces laureado nacionalmente. Un minuto después de las presentaciones le pido que se coloque el atrezzo de rigor para mis entrevistas. Se queda pálido. Masculla un “he ganado un oro europeo para esto” al mismo tiempo que se lo coloca. Posa simpático y la conversación fluye como las olas en la playa de Bañaderos-El Puertillo, allá en su tierra…

P. La halterofilia no es un deporte muy común en nuestro país. ¿Cómo te iniciaste en él?
R.  Allí en mi pueblo, aunque es chiquitito, hay un club. Un entrenador vino al instituto el día en que hacíamos educación física para captar talentos. Yo por entonces no era muy buen estudiante, la verdad (sonríe) y ahora gracias al deporte estudio mucho más (risas). Me hicieron pruebas y me tomaron los datos. Pero yo quería saber qué era eso de la halterofilia. Mi profesor ni me contestó a la pregunta. “Un deporte aneróbico”, me dijo. No entendí ni la definición de aneróbico así que imagínate (más risas). Me dirigí al club y comencé a entrenar.

P. ¿Anteriormente practicabas algún otro deporte?
R.  Hacía fútbol, natación, balonmano… pero en ninguno llegué a destacar porque realmente no me llamaban mucho la atención.

Alejandro en lugar
donde imparte sus clases.
P. Y en el club, ¿te indican las pesas y dicen: “hay que levantarlas”?
R. La verdad es que el entrenador me dijo: “esto se hace así y así”. Y como vi que no podía se me metió en la cabeza que eso tenía que hacerlo.

P. Así que en vez de abandonar, le pones más empeño…
R. Vi que otras personas lo hacían y pensé “¿por qué voy a ser menos? Tengo que poder”. A partir de ahí me caí muchas veces de culo (risas). Al año siguiente un entrenador que está en un Centro de Tecnificación en Tenerife me llevó con él a entrenar más profesionalmente. Al principio entrenaba como en mi pueblo, pero con más dedicación y con más atención a los estudios porque la beca venía por ambos lados. En tres o cuatro años pasé al Centro de Alto Rendimiento.

P. Allí es otra cosa…
R. Sí. Iba a entrenar dos veces al día y estudiaba por las noches. Poco a poco iba destacando. Comencé en 2005 y en 2008 gané primer el Campeonato de España en categoría sub20 en 85 kilos, una superior a la que estoy ahora. Al no tener nivel suficiente para competir en 77 kilos mi entrenador me aconsejó subir de peso y gané con una marca no muy allá pero sí importante para mí, con 17 años.

P. Ese fue el primero de tus cinco títulos nacionales.
R. He ganado en 85 y en 77 kilos, según el año. A veces estaba mejor para una categoría y subía o bajaba de peso, aunque no me es fácil. Un Campeonato de España, si puedo, lo hago con 85 y bajo para las competiciones internacionales porque ahí hay mucho nivel.
En 2009 quedé segundo junior y por vez primera gané una plata en categoría absoluta. A partir de ahí en todos los campeonatos estaba entre los tres primeros.

En el Europeo de Estonia.
P. ¿Cuándo debutas internacionalmente?
R. En el último año junior, a los 20 años. Fue en el Europeo de Chipre, en el que quedé sexto con una marca alta en España pero aún baja internacionalmente. Peleé con los medallistas pero me quedé fuera al fallar un movimiento. En halterofilia, en un kilo hay dos posiciones: el que lo hace y el que pesa menos. En tres o cuatro kilos puedes bajar hasta el último de la tabla.

P. En este deporte ¿hasta dónde influyen las capacidades físicas y las mentales?
R. Siempre digo que de dos personas con la misma fuerza siempre levantará más el que mejor técnica tiene. En el momento en que tus cualidades físicas se limitan tu cabeza es la que levanta más. Y es fundamental mantener siempre una misma técnica en todas las competiciones, en todos los pesos y en todas las situaciones. Puedes ser una persona muy fuerte pero si técnicamente no estás pulido se te cae la barra, aunque tengas fuerza para hacer 10 kilos más. Si la barra no cae en su sitio no la puedes levantar. Es una combinación. No hay levantadores campeones sin fuerza y sin técnica.

P. Hablamos de técnica. ¿Cómo es la Escuela Española?
R. Somos muy buenos en técnica aunque no tenemos un nivel general muy alto. Muchos países son excelentes internacionalmente porque su nivel nacional medio es altísimo. En España hay 600 licencias y en otras partes se llega a las 6.000. Aunque hay excepciones. En Estados Unidos hay mucha cantidad pero no hay calidad en la base, todo lo contrario que en Rusia, por ejemplo. España bebe de la Escuela Cubana que a su vez nace de la Escuela Rusa. No es mala cosa.

P. Llegamos a, como quien dice, anteayer: El Europeo de Estonia (20-29 de septiembre) del que regresas con tres metales: dos oros y un bronce.
R. Sí, sí (dice modesto). Yo había intentado el año pasado estar en la lucha por las medallas pero por un fallo técnico y un arbitraje…(lo piensa)… no muy allá se me escaparon. El objetivo estaba claro: último año sub23 y tengo que quedar campeón de Europa.
Comencé bien el año siendo 7º en el Europeo absoluto con atletas olímpicos, campeones mundiales o el récordman mundial sub17, gente muy joven y muy fuerte de Armenia, Rusia, Rumanía… Gané el Campeonato de España, fui cuarto en los Juegos del Mediterráneo y sabía que si seguía así llegaría arriba.
La competición se inició en arrancada. Yo suelo salir a 140 kilos pero en ésta fui a 145. Los levanté, me puse tercero, y en las dos últimas, a 150 kg, fallé y me quedé con el bronce. La máxima ventaja que me sacaron fue de 3 kilos (148).
Convencidos de que podíamos conseguirlo en el dos tiempos -que es mi especialidad-, salimos a por todas. Salimos a 180 kg, un peso que he movido en los últimos campeonatos. Lo levanté y en el segundo fuimos a 185 kilos. No pude por un fallo técnico mínimo en el yerk, que es el movimiento desde el pecho hasta por encima de los hombros. A los dos minutos salí de nuevo a por el tercer y definitivo intento sabiendo que tenía por delante a un levantador georgiano que podría bajarme del podio porque con 180 hubiera sido cuarto. Me costó muchísimo sobre todo de la cabeza. Me puse primero y después el siguiente falló dos veces a 187 kg, así que quedé campeón en dos tiempos y en el total olímpico con 330 kilos, dos kilos por encima de la plata. Mejor no podía haber salido.

P. Ahora queda el reto del absoluto…
R. Estoy clasificado para el Mundial, el próximo 21 de octubre, en Polonia. Ahí estoy mucho peor que en el Europeo porque en este ránking apenas tengo puntos. Vamos tres chicas y tres chicos de España. Es un campeonato muy duro. Voy a 77 kilos y el objetivo es estar entre los diez primeros.

En el podio continental.
P. La halterofilia, como otros deportes olímpicos, ¿tiene ciclos clasificatorios?
R. Sí, aunque ahora estamos en un ciclo pre-olímpico y lo que cuentan son los puntos individuales, no tanto por equipos. Realmente sólo clasifican para los Juegos los dos últimos mundiales (2014 y 15) y el último Europeo, en 2016. Aún así lo nuestro es un constante trabajo, no puedes parar, porque tienes todas las competiciones autonómicas y nacionales previas.

P. Con todo esa carga, ¿cuánto entrenas a la semana?
R. Entreno seis días en semana en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, en la Residencia Blume. Son unas 30 horas. A veces tocan sesiones dobles, otras partimos los entrenamientos, unas veces es más por la mañana, otras por la tarde…

P. Y a todo esto, ¿cómo llega a Aranjuez un campeón continental canario?
R. (Risas), bueno todo sabemos que esta época que nos toca vivir es una época de recortes: sanidad, educación… a todos los niveles. Y el deporte no es menos. Mi fisioterapeuta es Roberto Galán (profesional ribereño en diversas federaciones, exfutbolista del Real Aranjuez, ahora en el CD Colmenar) y me comentó que en Aranjuez querían comenzar con el crossfit, una modalidad de entrenamientos cortos pero muy intensos. Yo llevo trabajando en esta disciplina un año y mi novia, Iria Ruipérez, es subcampeona de España. Así que llevamos la sección AranBox del centro Wellness Club que dirige Marcos Salcedo. ¿Y por qué comenzamos esto? Porque tarde o temprano el deporte acaba y, aunque los estudios los llevo adelante compaginando los entrenamientos, se que trabajo no voy a tener porque no lo tienen por desgracia seis millones de personas en España. Así que es una salida profesional para ahora y para el futuro. Es una oportunidad y un riesgo pero…

Con su tesón, seguro que lo levanta al primer intento.

PD: Al final, se me olvidó preguntarle si le gustan las espinacas. En la próxima.


Con Roberto Galán y Marcos Salcedo.

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31 de octubre de 2012

ENTREVISTA: Daniel Muñoz, cuando la pesca no es una cosa de niños


El joven Daniel Muñoz, a sus 16 años, se ha convertido en la punta de lanza de una Sociedad con casi siete décadas de historia. Este alumno de Loyola, a quien cuando no levantaba un metro del suelo su padre puso en la mano una caña, será el primer representante local en un Mundial de Pesca. Bicampeón de España sub-18, Dani defiende su deporte de competición frente a quienes aún lo ven como un pasatiempo más bien de personas mayores. Pero la pesca tampoco es un juego de niños.

Texto y Fotos: 
José Angel Rodríguez.

Nos reunimos en la sede del Centro Cultural de Pesca Fluvial. A esa hora de la tarde apenas hay actividad en la casona de la calle de la Reina. El presidente, José Luis Martín, mantiene una reunión en su despacho y en una de las estancias cercanas–tras la sesión fotográfica que se ha tomado con muy buen humor- Daniel deja patente que ya ha tomado conciencia de su logro…

P. ¿Qué siente uno al ser el primer clasificado para un Mundial en un club con tantos años a las espaldas y con tan buenos pescadores en sus orillas?
R. De primeras no me lo creía (sonríe). No me lo creía porque es con lo que sueñan todos en todos los deportes, el ir a un Europeo, a un Mundial y representar a tu país. Después de un mes y pico desde que me clasifiqué ya me he mentalizado.

P. Campeón de España sub-18 individual y por equipos (Madrid), ahora formas parte de la selección nacional que viajará a Francia…
R. Sí, será en la segunda quincena de julio y en la Bretaña francesa, en Redon, en la zona de los ríos Vilaine y Oust.

P. ¿Y cómo prepara un Mundial en Francia un arancetano del Tajo?
R. (Ríe). Para preparar una competición, la que sea, se entrena en el escenario de pesca con unos días de antelación. El Mundial es una semana: cinco días de entrenamiento y dos días de competición. Además hay que partir de la base de que habrá especies que en España no las hay, como la brema y el gardón, de la familia de las carpas. Son peces que al estar en el norte de Europa les afecta el sol y a los que hay que cuidar mucho con la comida porque a  la mínima que te pases se hinchan y te quedas sin ninguno. Me está asesorando gente con experiencia internacional, como el actual campeón de Europa, Mario Mateos, y con lo que voy viendo en internet intento prepararme. Así que las diferencias fundamentales son el cebado y el pescar finito.

P. Estás en la élite de un deporte muy extendido pero que se considera minoritario. ¿Recibes algún tipo de ayuda?
R. (Sonríe). Hace unos años, por ir a un campeonato internacional, se pagaba al deportista y, por ser menores, a un acompañante. Hace un par de años se dejó de pagar al acompañante y en este año, el deportista, o sea yo, tengo que pagar el 40% de mis gastos. Eso, más el acompañante. Como desde pequeño no lo mames al final se te quitan las ganas. Te has esforzado un montón para estar ahí, has gastado un montón de dinero y no tienes ningún tipo de apoyo… pues lo dejas.

P. ¿No os llega siquiera el reconocimiento oficial, de las instituciones?
R. El reconocimiento sólo te llega de tus compañeros, los pescadores, del resto nada.

P. Así que la aventura mundialista, ¿por cuánto le va a salir a tu familia?
R. Entre viaje, alojamiento, desplazamientos de mi padre y yo más mi 40% de participación alrededor de 2.500 euros. Un equipo para ir al Mundial sale por 8.000 – 10.000 euros. Sólo la caña ya son 5.000€. Súmale diez o doce kits y si montas una caña inglesa otros 300-400 euros. Y luego vienen los cebos, que como no te los paguen te arruinas. Se te van 90 euros diarios sólo en el entrenamiento y son cinco días. El equipo básico ya lo tengo. Hay que decir Deportes Florida y la marca Colmic me han ayudado muchísimo en lo material con descuentos, cebos... Las ayudas son imprescindibles.

P. Todo, entonces, radica en la concepción que se tiene de vuestro deporte ¿no?
R. En España aún se piensa que la pesca es una cosa de viejos que van a pasar la mañana al río, a pescar y a comerse el bocata. Y eso no es así en Europa. En Francia hay restaurantes y hoteles que hacen descuentos a los que tienen la licencia. Lo mismo en Inglaterra o Italia. Allí hay mucha gente que vive de la pesca, que considera a la pesca como un deporte que además es un motor económico. Las grandes marcas comerciales son de allí. Profesionales de la pesca verdaderamente hay en Inglaterra, con gente que pesca 300 días al año y vive de ganar concursos más lo que le pongan las marcas. En España eso es imposible. Se acerca algo quien es comercial de una marca. Aquí hay gente muy buena para los niveles en los que nos movemos, sin ayudas ni reconocimientos. Bastante hacemos en un país que piensa que la pesca es una cosa de ocio.

P. Volvamos al principio de toda la historia. ¿Desde cuándo pescas?
R. Pues prácticamente desde los dos o tres años. Me enseñó mi padre, que siempre ha sido pescador. Siempre le he acompañado y entonces yo echaba la caña, que ni pescaba ni nada, sólo por pasar el rato.

P. Tu relación con la competición viene de lejos pese a tu juventud…
R. Gané mi primer concurso con cinco años, un concurso de la Escuela.

P. Hablemos de la Escuela Infantil de Pesca…
R. Entré con cinco y estuve hasta los trece años. Aquí partí con lo que me enseñó mi padre y luego aprendí mucho con Lolo (Luis Antonio Cibrán, su director), con Gago (José Antonio) y con los demás monitores.

P….y de la ausencia de un escenario adecuado…
R. Es un tema que los pescadores llevamos reclamando hace mucho tiempo. Los chavales de la Escuela pescan dos días en Polvoranca y después qué, dónde van en el río si no saben pescar en él. Otro día están en el embarcadero de la Piragüera y sacan dos o tres alburnitos. ¿Cómo les va a motivar seguir? Por suerte mi padre me ha llevado al río y a mil sitios más y no perdí la afición, pero a un chaval que un día en Polvoranca saca ocho o diez carpas y que después no puede ir allí por libre, ¿qué le empuja a seguir?

P. ¿Con qué modalidad te sientes más cómodo, cuál es tu preferida?
R. En agua dulce prefiero la boloñesa. Es un tipo de pesca con flotador, plomo, emerillón y cebo que se practica con una caña de 7-10 metros con carrete de bobina fija ideal para los barbos. Es la modalidad con la que más se pesca en invierno aquí en Aranjuez. Con la subida de los barbos es con diferencia la más usada, sobre todo en El Rancho.

P. Eso en invierno, ¿y en verano?
R. En verano es temporada de competiciones y ya varía. Se pesca con la inglesa (similar a la boloñesa pero con cañas de 3,50-4,50 metros y con el hilo pegado a la caña), con la enchufable (caña con varias secciones que se van empalmando y que permiten pescar a 14 metros) y se va, por ejemplo, a los alburnos (pequeño pez muy voraz).

P. Y de las zonas del Tajo, ¿con cuál te quedas?
R. Si hablamos de competición elijo la calle Tilos. Es un escenario muy competitivo en el que no hay apenas peces y hay que lucharlo mucho. No hay peces para nadie y ahí se ve el nivel. La zona de El Rancho es muy desigual, porque hay puestos con mucha pesca y otros con nada. Y si es para divertirte, prefiero El Rancho Grande con la boloñesa y los barbitos.

P. ¿Te gusta ir de pantanos?
R. Donde esté el río, donde los peces se comportan de verdad, que se quite todo lo demás. Por ejemplo, Polvoranca. No deja de ser un lago artificial, por lo que los peces se comportan como en un estanque. A El Vicario llevo sin ir desde hace tres Campeonatos de España, desde la mortandad tan grande que hubo, que nos tocó allí, nos cambiaron el mismo día y nos jodieron a todos (risas). Valecañas, Navalcán… sí, he pescado en muchos.

P. Y no se te deben dar mal, visto los tres «1» que te marcaste en el selectivo pre-Mundial…
R. Hombre, el que sabe pescar en río en el pantano lo tiene «chupao» (sonríe). El río es la mejor escuela.

P. Compitiendo, ¿has visto a alguien a tu lado y has pensado ‘este no ha pescado en río en su vida´?
R. Sí. Se nota. Este año mismo, en el Campeonato de España, por detalles como que en un pantano el cebo se queda donde lo tiras y si no hay peces ahí se queda. En un río el cebo se va con la corriente y hay que controlar mucho la técnica. Allí, en un río en Valencia, se veía a gente que no ha salido nunca del pantano.

P. Hablas del cebado. ¿Tan importante es? ¿O la buena técnica es una suma de múltiples factores?
R. Plomeo, líneas, anzuelos… Pruebas mil cosas y compruebas que funciona lo más sencillo. Dentro de hacerlo bien, lo mejor es la sencillez. Las dos claves, para mi, de una buena pesca: la sencillez y el cebado. Con el cebado hay que ser muy cuidadoso, sin pasarte ni quedarte corto. Algunos piensan que echando 100 kilos de engodo te van a venir todos los peces (se ríe). Y es un gran error, el pez se hincha y se marcha. También hay gente que se vuelve loca echando de todo y acaba volviendo loca también a la pesca, como pasó en el Selectivo, que se fallaron un montón de picadas.

P. ¿Cuál es tu próxima competición?
R. Será el Memorial Cibrán del mes de marzo y la siguiente será el Territorial de Madrid, para el mes de junio, justo antes del Mundial. Antes no tengo nada porque desde hace tres años dejé de participar tanto en el Campeonato Social como la Liga del Río de la Sociedad para centrarme en la alta competición, aunque eso sí, participo también en el Maratón o en los torneos de Fiestas.

P. Por cierto, ¿compaginas la pesca con algún otro deporte?
R. No, sólo pesco (ríe). 
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